Habitualmente cuando se habla de liderazgo se piensa en las capacidades de mover a grandes grupos de personas de grandes líderes carismáticos, como Gandhi o Martin Luther King. Los grupos se forman en torno a un líder, quien dirigirá a un grupo de personas al cumplimiento exitoso de una tarea específica. Sin embargo, existen líderes más corrientes capaces de marcar la diferencia dentro de su entorno, y es precisamente ahí donde las normas ISO ponen su foco: en la situación actual de las empresas que exigen flexibilidad y rapidez en la toma de decisiones, huyendo del autoritarismo gerencial.
En los últimos años la Organización Internacional de Normalización (ISO) ha publicado varias normas de sistemas de gestión. La temática de estas normas engloba tanto calidad, como seguridad de la información, gestión medioambiental, gestión de la continuidad de la empresa… Todas estas normas cuentan con diferentes estructuras, lo que implica que en el proceso de implementación puede haber dificultades de integración de estas normas.
Lo cierto es que existe mayor referencia al contexto “organizacional”, en otras palabras a la necesidad de señalar el conocimiento existente de los problemas internos y externos que influyen en la empresa. Estas disposiciones están vinculadas con el liderazgo, que requieren que el sistema de gestión no se enfoque únicamente en la gestión, sino que esté conectado a la dirección estratégica de la empresa. Esto implica que la empresa tiene que unificar sus procesos con eficacia, lo que se consigue con:
- La presencia de las normas en las reuniones de los directivos
- La alineación de las normas con las necesidades del negocio
Las tres revisiones armonizan la estructura, el texto y las definiciones. Pero lo más destacable es que las tres revisiones tienen como punto común reforzar la necesidad de liderazgo. Lo que garantiza la conexión entre las futuras normas de sistemas de gestión y las revisadas y simplificará su integración.
Precisamente para resolver este escollo y facilitar que el proceso de implantación, el pasado año 2015 fueron actualizadas dos normas del sistema de gestión ISO y este año se actualizará una tercera:
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Revisión ISO 14001: Tercer trimestre de 2015
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Revisión ISO 9001: Cuarto trimestre de 2015
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Revisión ISO 45001: Cuarto trimestre de 2016
Así la nueva nueva 9001 no se centra en el papel que juega la dirección dentro de la empresa, sino que resaltará como positivo la comunicación existente entre los directivos con el resto de la empresa. El liderazgo en la norma ISO 9001:2015 se entiende como la necesidad de que la alta dirección tome la iniciativa, gestione, promueva y evalúe de forma eficaz y eficiente el logro de los resultados deseados.
Esto también se ha extrapolado a la ISO 14001:2015 donde la transmisión del conocimiento se convierte en un requisito, con más responsabilidad para garantizar un mayor compromiso, capacidad de respuesta, apoyo activo y feedback de la alta dirección de la empresa. De esta forma se entiende que la alta dirección actúa a nivel estratégico, táctico y operativo para mejorar la imagen del sistema de gestión ambiental.
Ya en este año la ISO 45001 reemplazará a la norma OHSAS 18001. Será la nueva norma internacional para los Sistemas de Gestión de Seguridad y Salud Ocupacional.
¿Por qué es tan importante el liderazgo en la empresa del siglo XXI?
Las empresas dependen, para crecer y sobrevivir en el tiempo del liderazgo de sus directivos, resulta obvio decir que se trata de una habilidad importante en el mundo empresarial actual. Por lo tanto, teniendo en cuenta que las organizaciones dependen del liderazgo, podemos definirlo como la capacidad de para motivar a grupos de personas hacia un objetivo común. Sin un fuerte liderazgo, los buenos negocios podrían fracasan.
Según la ISO, “el liderazgo es la persona o grupo de personas que dirige y controla una organización al más alto nivel. La alta dirección tiene la facultad de delegar autoridad y proporcionar los recursos dentro de la organización. Si el alcance del sistema de gestión cubre sólo una parte de una organización, la alta dirección hace referencia a aquellos que dirigen y controlan esa parte de la organización”.
Hasta ahora, las normas ISO se centraban en la gestión. El rasgo distintivo entre el liderazgo y la gestión es que ésta última se basa especialmente en los procesos, mientras que el liderazgo se tiene en cuenta principalmente la conducta.
La gestión depende en gran medida de las capacidades tangibles y medibles:
- la planificación efectiva
- el uso de los sistemas de la organización
- el uso de métodos de comunicación apropiados.
Sin embargo, el liderazgo depende sobre todo de aspectos menos tangibles y menos cuantificables como:
- la confianza, la inspiración
- la actitud
- la toma de decisiones
- el carácter personal.
En conclusión, la nueva estructura de alto nivel del Anexo SL que se adoptará en la nueva versión de las normas ISO 9001, ISO 14001 e ISO 45001 y en todas las revisiones de las normas de sistemas de gestión ISO, dando importancia al liderazgo, entendiéndolo como la base de todas las capacidades necesarias para motivar dentro de una empresa y, así, lograr los objetivos de los sistemas de gestión.